Bolivia es hogar de cerca de 1000 especies de peces.
Una equilibrada combinación de conservación y aprovechamiento sostenible de estos recursos puede contribuir a un incremento del consumo de pescado y a la seguridad alimentaria de los bolivianos, mejorar la soberanía alimentaria y consolidar el empleo y los medios de vida de cerca de 10 000 familias de pescadores comerciales e indígenas.